El primer comic que leí de manera profunda e interesada, y
que me marco como lector, fueron las aventuras de Astérix, llegué a ellas
gracias a dos queridos compañeros de colegio, hermanos mellizos, que tenían
toda la colección que había sido publicada hasta la fecha, muchos sábados me
invitaban a su casa y en lugar de jugar, leíamos comic. Su familia (once
hermanos, todos lectores), fue la responsable, junto a mis padres, de
inculcarme el sano ejercicio de la lectura.
Tras separarnos al término de la etapa escolar, el tiempo
quiso que uno de ellos acabara siendo compañero de trabajo en la misma
institución, tras terminar nuestra preparación profesional, aunque con
especialidades y destinos diferentes.
Pasado el tiempo, busqué una alternativa a Astérix y Obélix
y descubrí a Tintín en su primer cómic, “Tintín en el país de los Soviets”, del
creador Georges Prosper Remi más conocido por Hergé publicado en español por la
Editorial Juventud en 1983.
Astérix y Tintín son comics diferentes, mientras que el
primero juega mucho con el humor y la historia, el segundo tiene a Tintín, un
personaje con vocación periodística y siempre buscando problemas.
“Tintín en el país de los Soviets” se convertiría, sin intuirlo en ese momento su autor, en el primer proyecto de lo que acabaría en convirtiéndose en la serie de Tintín. Esta primera entrega, en blanco y negro, con un trazo rudimentario, un argumento simple y anticomunista (debemos tener en cuenta el contexto político y cultural conservador en la Bélgica de ese momento), tenía el propósito de llamar la atención a los jóvenes belgas sobre los peligros del comunismo que era percibido en Europa como un régimen opresivo.
En este momento Hergé aún no había desplegado el estilo
llamado “ligne claire” (línea clara) que lo definiría como creador de comic,
basado en un trazo grueso y viñetas más centradas en la acción que en la
ambientación, estilo que ya anticipaba su habilidad para crear personajes
carismáticos como Tintín.
En este capítulo, el joven reportero belga Tintín es
enviado a Moscú para investigar la realidad soviética descubriendo como la
política es manipulada y una evidente represión política, en una aventura llena
de peligros de los que siempre escapa gracias a su ingenio.
El comic, realiza una visión satírica del régimen
soviético, simplista y parcial, lo que generó en su momento mucha controversia.
El valor de esta obra no está en la calidad artística, sino en el punto de
partida que convertiría a la serie en una de las más influyentes del cómic
europeo.
Hergé se negó a reeditarlo posteriormente por la
simplicidad de sus dibujos y la carga ideológica, pero en 1973 se volvió a
publicar, siendo en la actualidad más una curiosidad histórica que una obra
maestra.
Título: Tintín en el país de
los Soviets
Autor: Georges Remi (Hergé)
Traductor: Concepción Zendrera Ferrés
Editorial: Editorial Juventud
Publicado: 1983
Páginas: 144

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