Obra que se terminó de escribir en Rusia en el año 1921, por el ingeniero ruso Yevgueni Zamiatin. Fue prohibida en la Unión Soviética y circuló clandestinamente durante décadas no siendo publicada hasta 1924 en el Reino Unido, incompleta y carente de nombre, siendo los propios británicos los que les ponen el nombre de “Nosotros”. El éxito llega en 1929 al ser publicada en Francia, dónde recibe un gran reconocimiento.
La obra recibió los elogios de Aldous Huxley y George Orwell, autores que tiempo más tarde publicaron obras de contenido similar, “Un mundo feliz” de Huxley y “1984” de Orwell, aunque sólo éste último reconoció verse influenciado por “Nosotros” al escribir su relato, Huxley lo negó; considerada como la novela fundacional de la distopía moderna y quizá la más radical en su concepción del ser humano como parte de un estado totalitario.
Zamiatin
construye un futuro controlado por el dictador: el Gran Benefactor o
Bienhechor (el nombre varía dependiendo del traductor de la novela) que dirige
el “Estado único” o “Estado unido” constituido después de la “Guerra de los 200
años” y tras la cual se construyó el “Muro verde” que los separa del “Viejo
mundo” donde viven los perdedores de dicha guerra y que son considerados como
salvajes y anárquicos que viven rodeados de árboles, plantas y animales, una
sociedad la primera trazada geométricamente, transparente y perfectamente calculada,
donde la libertad ha sido sustituida por la exactitud matemática y la felicidad
se confunde con la obediencia.
En
este Estado Único, los individuos, no tienen nombres, son denominados “números”,
y se les asigna una letra
consonante seguida de un número impar para los hombres y una vocal y número par
para las mujeres. Estos “números”, no son un grupo aislado ya que forman parte
de un todo que se autodenomina “Nosotros” que da título al libro.
Viven en casas de cristal, vigilados permanentemente. La transparencia absoluta es la metáfora central: no hay intimidad, no hay sombra, no cabe la posibilidad de que surja la duda. Toda actividad diaria está regulada, como la alimentación (basada en el petróleo), las horas de sueño, el despertar o las horas de trabajo, hasta el sexo es pactado y administrados mediante “cupones rosados” y un cuadrante que es supervisado por el Gran Bienhechor. Es una utopía llevada al extremo donde la razón se ha convertido en tiranía, el tabaco y el alcohol están prohibidos y se ha renunciado a la naturaleza. Los departamentos de sanidad o la fábrica de música emiten regularmente el himno del estado para que los “números” desfilen en grupos de a cuatro marcando el compás al más puro estilo militar y la ausencia de sentimientos garantiza la paz perpetua y aquellos que no aceptan las normas, son ejecutados mediante un rayo que los disuelve.
La novela está narrada a modo de “diario” personal por su protagonista, el narrador, D‑503, un
ingeniero que trabaja en la construcción de la nave Integral, destinada a
llevar la “felicidad matemática” del Estado Único a otros mundos. D-503 utiliza
un lenguaje rígido y técnico que se va fracturando cuando conoce a
una mujer, I‑330, enigmática, libre, peligrosa que encarna la grieta en el
sistema, la posibilidad de que un “número” no quiera formar parte de las reglas
matemáticas y que se plantea un golpe de estado para volver a la vida en
libertad que hay tras el muro verde.
A
través de ella, D‑503 descubre el deseo, la imaginación, el miedo… y la
conciencia de que su mundo perfecto es, en realidad, una prisión.
Ese
debilitamiento del personaje se asemeja bastante al de Montag en “Fahrenheit
451” de Ray Bradbury.
La
novela no se limita a narrar una rebelión política; lo que Zamiatin
propone es una rebelión existencial, un conflicto no solo entre el
individuo y el Estado, sino entre la razón absoluta y la vida. El despertar de
D‑503 es un proceso doloroso que Zamiatin describe con imágenes poderosas:
geometrías que se deforman, líneas rectas que se curvan y pensamientos tortuosos.
Su prosa es moderna, fragmentaria y llena
de metáforas que rompen la frialdad de esa sociedad matemática y rígida que Zamiatin
escribe para dinamitar desde dentro un régimen dictatorial rompiendo la
deshumanización tecnológica que reduce al ser humano a solo una función, la vigilancia
total, el conflicto entre razón y emoción, la identidad y, sobre todo, la
libertad.
Nosotros
es una obra que combina la lucidez política con una profunda reflexión sobre la
condición humana pero su fuerza no reside solo en la crítica al totalitarismo,
sino en la pregunta que deja abierta: ¿estaríamos dispuestos a sacrificar la
seguridad y la eficiencia por una vida desprovista de responsabilidades?
No
hay que negar que es una novela que incomoda, que desestabiliza, que obliga a
pensar, de ahí que fuera censurada, y como gran distopía que es, no describe un
futuro improbable, sino una posibilidad probable en cualquier sociedad que
confunda orden con felicidad.
Una
novela altamente recomendable para los amantes de la distopía y la ciencia
ficción. De las dos versiones traducidas del ruso al castellano que he leído, la de Alejandro
Ariel González la que más certera, en mi opinión.
Título: Nosotros
Autor: Yevgueni Zamiatin
Traductor: Alejandro Ariel González
Editorial: Hermida Editores
Publicado: 2020
Páginas: 171

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